lunes, 6 de diciembre de 2010

Se lo lleva en el Corazón!!!

"Siempre Adelante"

Nuestra Escuela está creciendo!!!

Las Nuevas Aulas
 La obra está a cargo de la empresa Ingeniera Laura Galli previéndose refacciones generales, refuncionalización del sector talleres y construcción de aulas, galerías y grupos sanitarios en un plazo de 270 días corridos. 

Nueva Galeria y Cursos en Refaccion
 El ministro de Educación, Leopoldo van Cauwlaert y la ingeniera Laura Galli suscribieron el contrato de inicio de obra para la refacción integral del edificio de la escuela de Educación Técnica Nº 3139 “Martín Miguel de Güemes”, ex Técnica 3, ubicada en Caseros y Laprida.

 La obra demandará una inversión de $1.207.432,53.- y un plazo de ejecución de 270 días corridos.

Galeria en construcción
 Van Cauwlaert destacó la importancia de la obra que prevé la refuncionalización del sector Talleres y Aulas Talleres, aulas comunes, Sala de Informática tanto en planta baja y planta alta, refacciones en dos aulas existentes en el sector del edificio antiguo; refacciones en mampostería y en cubierta de losa plana del sector talleres automotores, además de la refacción de la vereda municipal y muros del establecimiento, asegurando que la intervención integral del edificio permitirá recuperar años de desinversión en esa infraestructura educativa.

Vereda en refacción sobre calle Laprida
 El ministro indicó además que la refacción de la escuela Técnica “Martín Miguel de Güemes” corresponde a la primera etapa del Programa de Refacción Integral de Establecimientos de Educación Técnico Profesional que demandará una inversión superior a los 9 millones de pesos.

El Grandisimo Honor de llevar su nombre!

 Nuestra Institución lleva el nombre del General Martín Miguel De Güemes, desde el año 1971, en conmemoración del 150 aniversario de su fallecimiento. Es por ello que esta entrada está dedicada a nuestro héroe gaucho.

Busto de Güemes en nuestra Escuela
 Martín Miguel de Güemes (n. 8 de febrero de 1785, Ciudad de Salta - † 17 de junio de 1821, Cañada de la Horqueta, Provincia de Salta) fue un militar argentino que cumplió una destacada actuación en la Guerre de la Independencia Argentina. Durante seis años ejerció la gobernación de la Provincia de Salta y con muy escasos recursos libró una casi constante guerra defensiva, conocida como Guerra Gaucha, que mantuvo al resto del territorio argentino libre de invasiones realistas.

 Güemes se crió en el seno de una familia adinerada. Su padre, Gabriel de Güemes Montero de la Bárcena Campero, nacido Bareyo, en la provincia española de Cantabria, era un hombre ilustrado y cumplía funciones de tesorero real de la corona española. Logró que su hijo tuviera una buena educación con maestros particulares que le enseñaron los conocimientos filosóficos y científicos de su tiempo.

 Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal, alternando la enseñanza formal con el aprendizaje de las labores campesinas en la finca donde vivía con su familia. A los 14 años se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería, cuyo cuartel central estaba en Buenos Aires pero tenía un batallón en Salta a raiz de la rebelión de Túpac Amaru II desde 1781.

En 1805 fue enviado con su regimiento a Buenos Aires, ya que el virrey Sobremonte temía un ataque inglés. Éste se produjo al año siguiente, iniciando las invasiones inglesas, participando Güemes en la Reconquista de Buenos Aires. Al año siguiente participó también de la Defensa de la ciudad y protagonizó una curiosa hazaña: al ver que un barco inglés había encallado por una bajante repentina del río, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Fue una de las muy pocas veces en la historia que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería.
En 1808 sufrió una enfermedad en la garganta, de la que surgió una seria deficiencia al hablar, una pronunciación gangosa de las palabras, que causaba la burla de sus compañeros. Todo indica que sufrió las complicaciones que suelen acompañar a la hemofilia, enfermedad que hasta ese momento no era conocida, y que dificulta mucho la cicatrización de las heridas externas e internas. Logró su traslado a Salta.

La Guerra de independencia 

 Después de la Revolución de Mayo de 1810, fue puesto al mando de un escuadrón gaucho en la Quebrada de Humahuaca (provincia de Jujuy) y en los valles de Tarija y Lípez, impidiendo la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas del Alto Perú. En Suipacha, único triunfo de las armas patriotas en el intento de recuperar el valioso territorio altoperuano, la participación del capitán Güemes fue decisiva.

 Permaneció en la zona de la Quebrada hasta después de la derrota de la Batalla de Huaqui, y prestó su ayuda a los derrotados que huían; allí comenzó su famosa guerra de recursos, con la que posiblemente retrasó el avance de partidas realistas antes de la llegada del ejército principal, que mandaba el general Pío Tristán.
Con su ayuda, el general Pueyrredón logró atravesar la selva oranense y salvar los caudales de la Ceca de Potosí, que estaba en poder de los realistas. Pero cuando el general Manuel Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte, ordenó su traslado por indisciplina, causada por un lío de polleras de otro oficial. Permaneció en Buenos Aires, agregado al Estado Mayor General.

Inicio de la Guerra Gaucha
Al conocerse en Buenos Aires el desastre de Ayohuma, Güemes fue ascendido a teniente coronel y enviado al norte, como jefe de las fuerzas de caballería de San Martín, nuevo comandante del Ejército del Norte. Se hizo cargo de la vanguardia del ejército reemplazando en ese puesto a Manuel Dorrego, otro oficial brillante que había sido desterrado por problemas de disciplina.

Se presentó en Salta como el protector de los pobres y el más decidido partidario de la Revolución (de la que empezaban a dudar las clases altas). Pero aun así, no logró nuevos aportes de recursos de parte de la clase adinerada. Es en esta época cuando se evidencia la figura de su hermana María Magdalena "Macacha" Güemes como una de sus principales colaboradores.

San Martín le encomendó el mando de la avanzada del río Pasaje (hoy llamado río Juramento, porque en sus márgenes el general Belgrano hizo jurar obediencia al gobierno de Buenos Aires, la Asamblea del Año XIII, y la Bandera Nacional). Poco después, asumía también el mando de las partidas que operaban en el Valle de Lerma (en el que está la ciudad de Salta). De este modo iniciaba la Guerra Gaucha, ayudado por otros caudillejos, como Burela, Saravia, Gorriti o Latorre. Ésta fue una larga serie de enfrentamientos casi diarios, apenas cortos tiroteos seguidos de retiradas. En esas condiciones, unas fuerzas poco disciplinadas y mal equipadas pero apoyadas por la población podían hacer mucho daño a un ejército regular de invasión.
Con su ejército formado por gauchos del campo, rechazó el avance del general Pezuela y posibilitó el inicio de un nuevo avance hacia el Alto Perú. Bajo el mando del general José Rondeau, tuvo un papel destacado en la victoria de Puesto del Marqués. Pero, indignado por el desprecio que mostraba éste por sus fuerzas y por la indisciplina del ejército, se retiró del frente hacia Jujuy. Daba por descontado la derrota del Ejército del Norte en esas condiciones y, en ese caso, necesitaría a sus hombres. Al pasar por Jujuy se adueñó del armamento de reserva del ejército; al enterarse, Rondeau (que era también director supremo) lo declaró traidor.

Gobernador de Salta

La vuelta se debía también a razones políticas, ya que deseaba desplazar al partido conservador del gobierno salteño. Y, por supuesto, también a sus propias ambiciones políticas.
La retirada coincidió con la llegada a Salta de la noticia de la caída del Director Supremo Alvear, lo que quitaba autoridad al gobernador intendente, Hilarión de la Quintana. Por otra parte, Quintana no estaba en Salta, sino que había acompañado a Rondeau — que había sido nombrado Director Supremo, aunque reemplazado interinamente por un sustitito — en su avance hacia el Alto Perú.

Cuando llegó a Salta, el pueblo salió a la calle y pidió al cabildo el nombramiento de un gobernador, sin participación del Directorio. Además de ser el único candidato a la vista, Güemes tenía a su favor la presencia de su hermano, el doctor Juan Manuel Güemes, como uno de los miembros del cabildo para ese año. Éste eligió a Martín Miguel de Güemes con el título de Gobernador Intendente de Salta, jurisdicción integrada entonces por las ciudades de Salta, Jujuy, Tarija, Orán y varios distritos de campaña. Era la primera vez que las autoridades de Salta eran elegidas en la propia provincia desde 1810; desde el punto de vista de muchos salteños, hasta ese momento todo se había reducido a cambiar las autoridades arbitrarias de España por las de Buenos Aires, tan arbitrarias como aquéllas.

El Cabildo de Jujuy se negó a reconocerlo, pero Güemes negoció cuidadosamente para hacerse reconocer como tal. Como esa ciudad tardara en reconocerlo, aprovechó la amenaza de un ataque realista para avanzar con tropas hacia la ciudad, con lo que presionó y logró hacer que el cabildo lo aceptara. De todos modos, el teniente de gobernador local, Mariano de Gordaliza, no podía ser considerado un subordinado complaciente de Güemes.

Dos semanas después de asumir el gobierno, Güemes contrajo matrimonio con Carmen Puch, miembro de una acaudalada familia con intereses en Rosario de la Frontera.

Poco después de su llegada al poder y de saber la reacción negativa de Rondeau, llegó a Tucumán una fuerza desde Buenos Aires que iba en apoyo del Ejército, al mando de Domingo French. Pero como éste tenía instrucciones de derrocar a Güemes al pasar por Salta, le negó el paso hasta que lo hubo reconocido como gobernador. Pero ya era tarde: cuando llegaron a Humahuaca, se enteraron de la derrota de Sipe Sipe (noviembre de 1815).
Rondeau, enfurecido con Güemes por la revolución en Salta y por haberle impedido llegar refuerzos, retrocedió a Jujuy. Con apoyo de Gordaliza, se trasladó hasta Salta y ocupó la ciudad. Pero enseguida se vio rodeado por las guerrillas gauchas y tuvo que capitular, firmando con Güemes el tratado de los Cerrillos, reconociéndolo como gobernador y encargándole la defensa de la frontera. Poco después, Rondeau era reemplazado por Belgrano en el Ejército del Norte, y por Pueyrredón en el Directorio. Pero no habría más expediciones al Alto Perú.

Entonces las milicias gauchas al mando del heroico salteño pasaron a desempeñarse como ejército en operaciones continuas.

Las invasiones realistas

Güemes y sus gauchos detuvieron otras seis poderosas invasiones al mando de destacados jefes. La primera fue la del experimentado mariscal De la Serna, el cual, al mando de 5.500 veteranos de guerra, partió de Lima asegurando que con ellos recuperaría Buenos Aires para España. Después de derrotar y ejecutar a los coroneles Padilla y Warnes, ocupó Tarija, Jujuy y Salta y los pueblos de Cerrillos (Salta) y Rosario de Lerma. Pero Güemes lo dejó incomunicado con sus bases ocupando Humahuaca, venció a uno de sus regimientos en San Pedrito, y dejó sin víveres la capital de la provincia. De la Serna tuvo que retirarse, hostigado todo el tiempo por las partidas gauchas.

Meses después, el general Pedro de Olañeta, enemigo acérrimo del salteño, volvió al ataque y capturó al más importante de los segundos de Güemes, el general Fernández Campero, popularmente conocido como el Marqués de Yavi, jefe de la defensa de la Puna. Pero no pudo pasar más allá de Jujuy.

Hubo una nueva invasión en 1818, dirigida por Olañeta y Valdés, y otra más en 1819, mandada por Olañeta. La más importante fue la que mandó el segundo de De la Serna, general Juan Ramírez Orozco que en junio de 1820 avanzó con 6.500 hombres. En todas éstas obligó a su enemigo a retroceder después de haber tomado Salta y Jujuy.

Si bien la estructura militar de entonces no contemplaba un Estado Mayor, en la práctica Güemes contaba con cuadros superiores organizados, entre los que se encontraban el Marqués de Yavi Juan José Feliciano Fernández Campero; el coronel Francisco Pérez de Uriondo, responsable militar de Tarija; coronel Manuel Arias, a cargo de Orán; y el coronel José María Pérez de Urdininea, proveniente de las filas del Ejército del Norte, en Humahuaca. En el valle de Jujuy estuvieron los coroneles Domingo Arenas en Perico y el teniente coronel Eustaquio Medina, a cargo del río Negro. Más movilidad tenían otros jefes, como José Ignacio Gorriti, Pablo Latorre o José Antonio Rojas. El frente de combate a su cargo tenía una extensión de más de setecientos kilómetros, desde Volcán hasta más allá de Orán, y se conoció como Línea del Pasaje.

Todo el mundo participaba en la lucha: como guerreros los hombres, como espías o mensajeros las mujeres, los niños y los ancianos. Las emboscadas se repetían en las avanzadas de las fuerzas de ataque, pero más aún en la retaguardia y en las vías de aprovisionamiento. Cuando los realistas se acercaban a un pueblo o una hacienda, los habitantes huían con todos los víveres, el ganado, cualquier cosa que pudiese ser útil al enemigo. Por supuesto que esta clase de lucha arruinó la economía salteña, pero nadie se quejaba, al menos en las clases populares. Por cierto, jamás tuvo apoyo alguno del gobierno del Directorio; y la ayuda que le prestó el Ejército del Norte fue muy limitada.

El papel de Güemes en el conjunto era el de organizar la estrategia general y financiarla. Pero tenía un detalle curioso: sus hombres se hubieran hecho matar por él, pero él mismo nunca entraba en combate; nunca se lo reprocharon ni le exigieron que los acompañara. Por eso sus enemigos y los historiadores del siglo XIX lo acusaron de cobarde. No era cobarde: era hemofílico. Cualquier herida le hubiera causado la muerte; de hecho, una herida sin importancia le causaría la muerte.

El último año de Güemes

Güemes había conversado con San Martín sobre sus ideas de atacar Perú desde Chile. Pero San Martín necesitaba tener las espaldas cubiertas, con fuerzas activas en la frontera norte de Salta, para mantener ocupados los ejércitos realistas muy lejos de Lima. La persona más indicada para dirigir esas operaciones era Güemes, y San Martín lo nombró General en Jefe del Ejército de Observación. Éste estaba continuamente informado sobre los movimientos de San Martín en la campaña del Pacífico, y cuando éste desembarcó en la costa peruana, decidió avanzar hacia el Alto Perú.

Pero ya no podía contar con el Ejército del Norte, del que sólo quedaba una pequeña división al mando del coronel Alejandro Heredia (que estaba a órdenes de Güemes), y algunas armas en Tucumán. Pero éstas estaban en poder del gobernador Bernabé Aráoz, que las estaba usando para tratar de volver a la provincia de Santiago del Estero a la obediencia a su gobierno.
A principios de 1821, el gobernador de Santiago, Ibarra, pidió auxilio a Güemes, y éste invadió Tucumán, más para apoderarse de las armas que necesitaba que por solidaridad. Pero el ejército salteño, al mando de Heredia (tucumano), fue derrotado por el tucumano al mando de Arias (que era salteño, extraña coincidencia).
El cabildo de Salta, formado por las clases altas de la ciudad, cansadas de pagar las contribuciones forzosas que exigía Güemes, aprovechando la ausencia del caudillo, lo acusó de “tirano” y lo declaró depuesto. Muchos de sus miembros se habían puesto de acuerdo con el general Olañeta para entregarle la ciudad. Güemes regresó sin prisa, ocupó pacíficamente la ciudad, y perdonó a todo el mundo. Ésa fue la llamada "Revolución del Comercio"; aunque fracasada, dio inicio a un partido de oposición, conocido como "Patria Nueva", en oposición a la "Patria Vieja", es decir, al partido de Güemes.

Pero no todo había terminado: Olañeta ya estaba en camino, y mandó al coronel “Barbarucho” Valdez por un camino desierto de la Puna, guiado por miembros de la familia realista Archondo. El 6 de junio, Valdez ocupó la ciudad de Salta, y al salir a combatirlo, Güemes fue herido por una bala. Siguió a caballo hasta una hacienda a dos leguas de la ciudad, pero su herida, como cualquier herida profunda de un hemofílico, nunca cicatrizó.

Murió diez días después, el 17 de junio de 1821, a la intemperie, en un catre improvisado por el Capitán de Gauchos Mateo Ríos, en la Cañada de la Horqueta (cerca de la ciudad de Salta). Tenía 36 años y fue el único general argentino caído en acción de guerra externa.

La gloria póstuma

 Apenas unas semanas después de su muerte, sus hombres obligaron al ejército español a evacuar Salta; la guerra gaucha seguía funcionando. Fue la última invasión realista al norte argentino, con lo que Güemes, aunque no llegó a verlo, finalmente venció a sus enemigos.
 
Monumento a Güemes.
En Buenos Aires, la noticia del fallecimiento del general Güemes fue publicada bajo el título "Ya tenemos un cacique menos"; el artículo que lo anunciaba demostraba más alivio por la muerte de un enemigo ideológico que pesar por la pérdida de la ciudad de Salta en manos realistas.

Durante la mayor parte del siglo XIX, tanto en Salta como en el resto de la Argentina, la figura de Güemes fue interpretada solamente como la de un caudillo, que había soliviantado a las masas campesinas contra las clases altas de la sociedad; esta "falta" era apenas disminuida por el patriotismo demostrado a lo largo de su carrera militar. Sólo a principios del siglo XX, esa imagen comenzó a cambiar, a través de su más conocido biógrafo, Bernardo Frías, que presentó la vida de un jefe militar y político patriótico y desinteresado, capaz de movilizar a la masas en contra del enemigo, aunque no intentó librarse de la visión elitista de la sociedad, que mostraba poco aprecio por sus gauchos. Sólo a partir de ese momento, Güemes comenzó a aparecer como el esforzado y heroico jefe de la frontera norte, héroe absoluto de la provincia de Salta.

Su gesta militar fue recordada por el escritor Leopoldo Lugones como la Guerra Gaucha, nombre con que se la conoce desde entonces. Una de sus biografías más extensas es la de Atilio Cornejo, que sigue la línea tradicional, así como la monumental obra "Güemes documentado", de su descendiente Luis Güemes, en 13 tomos.

 En el último tercio del siglo XX, comenzó también a verse a Güemes como un protector de los pobres de su provincia, coincidiendo con estudios similares respecto de los caudillos federales. Solamente a principios del siglo XXI comenzaron a ser estudiadas en profundidad las características políticas de su gobierno, la estructura de lealtades en que se apoyaba y las razones de sus enemigos internos
Militarmente, la actuación de Güemes en la guerra de la Independencia argentina fue absolutamente crucial: sin su estrategia, no hubiera sido posible defender el norte del país después de tres derrotas, ni hubieran sido posibles las campañas de San Martín. Bajo su mando, las ciudades de Salta y Jujuy y su campaña defendieron al resto de la Argentina sin ayuda exterior.
Sus restos descansan en el Panteón de las Glorias del Norte de la República, ubicado en la catedral basílica de Salta.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Modelo de Naciones Unidas

Los 28 Delegados y las Docentes
En el més de Septiembre, 28 alumnos de nuestra institución participaron en el IV Modelo de Naciones Unidas de Salta, organizado por OAJNU.
 Fueron en los días 23, 24 y 25 de Septiembre en el Centro de Convenciones de Limache donde tuvieron una destacada participación junto cpn más de 1200 jovenes  de distintos colegios de la Provincia, y también vvinieron alumnos de otras Provincias, como la de Chubut, Buenos Aires, Cordoba, etc, además del vecino país de Bolivia.
 Para destacar  nuestros "loritos" obtuvieron un reconocimiento por el mejor stand, en la Feria de Colectividades del Modelo.
 Esta participación requirio meses de capacitación y ayuda, las Docentes a cargo de esta labor fueron, la Profesora Maria Elena Vazquez, la Profesora Monica Figueroa y la Profesora Marimelda Bravo.
¡Qué es OAJNU?
 La OAJNU es una Organización No Gubernamental, sin fines de lucro, apartidaria, pluralista, creada y dirigida por jóvenes comprometidos con la promoción del desarrollo humano. Fue creada en 1995 y actualmente tiene sede en las ciudades de Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Rosario, Salta, Corrientes y cuenta casi 300 integrantes de entre 16 y 30 años. 
Stand de Malasia

Se constituye en un ámbito de referencia para la potenciación de personas conscientes de su rol protagónico y comprometidas con el Desarrollo Humano, que contribuyan a construir una sociedad tolerante y participativa, reconocedora de las instancias multilaterales como herramienta útil para la búsqueda de soluciones.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Historia de nuestra querida escuela!

Esta escuela fue creada el 17 de Mayo de 1947 como ESCUELA DE APRENDIZAJE Y MEDIO TURNO por el Inspector Arturo Tarchini, cumpliendo órdenes de la entonces Comisión Nacional de Aprendizaje y orientación Profesional.
El 2 de Agosto se inaugura con una inscripción de veinte alumnos, funcionando previsoramente en el aula de la Escuelas Julio Argentino Roca, bajo la dirección del Agrimensor ARNO MARCUZZI. A partir de 1948 funciona en el solar de la calle Florida 160, teniendo como Director al Dr. JAIME HERNAN FIGUEROA. En 1949 se hace caro de la Dirección el Ing. CARLOS MARCELO FIGUEROA, quien se desempeño en el cargo hasta su jubilación en 1976.
Alumnos en epocas de la Escuela Fabrica
Desde el año 1950 pasa a denominarse ESCUELA FABRICA DE LA NACION N° 32, hasta 1963 fecha en que pasa a llamarse ESCUELA NACIONAL DE EDUCACION TECNICA N° 3. En 1971 se le añade al nombre, el de MARTIN MIGUEL DE GÜEMES, como homenaje a los 150 años de la muerte del héroe gaucho. A partir de 1993 en que las escuelas nacionales son transferidas a la provincia toma la denominación de E.E.T N° 43 GRAL. MARTIN MIGUEL DE GÜEMES.
En 1953 la Escuela se traslada a la calle Caseros 1615, donde funciona hasta la fecha.
En cuanto a los planes de estudio sufre modificaciones periódicas por razones de índole experimental. Es así que se inicia con un plan de tres años (ciclo básico), egresando los alumnos con un certificado de Competencia en Mecánica del Automotor.
La Escuela sobre calle Alvarado y Laprida
Luego de pasar por sucesivas modificaciones de Planes y Programas, a partir de 1965 se crea el Ciclo Superior, con la especialidad Automotor, con lo cual la escuela toma otro cauce con un nuevo plan de estudios que abarca seis años: tres del CICLO BASICO y tres de CICLO SUPERIOR.
En 1976 se jubila el Ing. Carlos M. Figueroa, y en 1977 asume la Dirección el Ing. EDMUNDO FIGUEROA. En 1978 se inaugura en nuevo edificio, ocho aulas modernas, gabinetes y demás dependencias. En 1981 se inaugura la Cancha de Básquet.
En 1982, la escuela afianza sus planes formativos, se introduce el Plan Dual, que consiste en un sistema de enseñanza conjunta Escuela-Empresa. El educando recibe además de formación cultural y técnica, formación practica en instalaciones de unja empresa del medio, donde es supervisado por personal capacitado a tal efecto. Cabe destacar que el alumno recibe de la empresa una beca incentivo y se encuentra amparado bajo leyes especiales.
A partir del periodo lectivo 1987 comienza a funcionar en el establecimiento la nueva especialidad de TECNICO EN COMPUTACION para lo cual se había construido anteriormente un gabinete con tecnología y equipamiento adecuado.
La Escuela en nuestros días.
El 7 de Setiembre de 1993 por resolución del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación se hace cargo como director el Ing. Civil JOSE REINALDO TARIFA, quien continuaría hasta su jubilación en Abril de 2010. En el periodo que va desde Agosto de 1994 a Diciembre de 1995 accede como director suplente el Prof. HECTOR RAMOS. Entre 1993 y 1996 se compran nuevas herramientas para proveer a los talleres; nuevas computadoras, se instala una red Novel 3.12.
La escuela es la creación del hombre, grande e imperecedera.
No solo porque ella abarca los tesoros de la instrucción y la cultura sino porque ella resume los destinos mas elevados de la humanidad.